sábado, mayo 27, 2006

Despedida

Nunca nos hemos visto en persona, y sin embargo hoy nos hemos tenido que despedir con tristeza. Es una lastima, no pensé que fuera a sentirme tan mal. Solo hemos hablado en el trabajo, y desde la distancia, tu en tu departamento a varios kilometros y yo en el mio. Transfiriendote llamadas para hacer lo posible por retener a los clientes con el producto sobre el que yo facilitaba información.
Fue hace pocos meses cuando empezamos a hacer de nuestra rutina algo mas ameno. Era divertido llamarte y pasarte llamadas, porque nos poniamos hablar. Incluso en ambos departamentos, nuestros compañeros pensaban que habia algo entre nosotros, y yo quise llevar la coña mas alla y te di mi numero de telefono.
Si supieras el revuelo que se montó.... :). Luego hace pocas semanas, una compañera tuya me dijo que estabas de baja por salmonelosis, yo me preocupé. Que podia hacer. Fuimos los que comenzamos a entablar relaciones mas estrechas entre ambos departamentos, y me preocupé porque deseaba que te recuperaras pronto. Luego otra compañera tuya esta semana me dijo que lo dejabas, y me apenó. Se lo dije a mis compañeros. Y hablé contigo y cuando me diste el motivo me parecio justificado, me entristecia, pero era logico.
Y casualidades de la vida, me dijiste que hoy sabado trabajabas, que estabas tu sola, igual que yo. Supongo que tendré que agradecerle a mi compañera Marta que me pidiera el cambio, porque, quizás suene cursi, pero la despedida final tenia que ser entre nosotros, por todo el buen rollo que se habia establecido, porque habia quimica a mi modo de ver. Y cuando llegó el momento de transferirte una llamada senti panico, porque no queria que llegara el momento, estaba nerviosisimo, mantuve al cliente un momento en espera pensando que hacer, si darle el telefono o transferirle contigo, quizas porque odio las despedidas amargas como en este caso.
Pero lo hice, y nos despedimos, fue algo bonito, te deseé lo mejor, te dije que te echaria de menos, es la verdad, te dije que eras una tia cojonuda, es la verdad y te deseé lo mejor.
Y cuando colgué la llamada, cuando te pasé al cliente, senti mucha pena, tanta que tuve que salir fuera a fumar un poco, y mientras fumaba pensé que si tenia que transferirte a otro cliente no lo haria, preferia dejarlo en la despedida que habiamos tenido. No entró ninguno mas.
Supongo que fue uno de esos extraños momentos, no se como decirlo ni describirlo, no es por falta de don de palabra, sino por incapacidad para describir ese instante.
Allá donde vayas Eider, cuidate mucho y mucha suerte, y gracias por cada minuto de conversación. Dudo que leas esto, pero si lo lees... sabes quien soy.
Javi.